El uso de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) han producido efectos trascendentales en las empresas, dando como resultado cambios profundos en la economía global, nuevos modelos de producción, innovación, creación de riqueza y competencia. La globalización nos exige: establecer alianzas, gestionar a través de culturas, y romper fronteras organizacionales y disciplinas. Para eso debemos descartar parte de esa “sabiduría convencional”, que tiene a tantas compañías atoradas en un modo de pensar característico del siglo XX.
“Crowdsourcing?”
Crowdsourcing es un término acuñado por el escritor Jeff Howe y el editor Mark Robinson de la revista tecnológica Wired.
El CEO de Google, Eric Schmidt, menciona en el libro de Don Tapscott,Wikinomics (una obra de referencia en cuanto a la colaboración de las masas en la era de la web 2.0): "La producción entre iguales -refiriéndose al crowdsourcing- es más que sentarse y tener una buena conversación... Se trata de aprovechar un nuevo modo de producción para llevar la innovación y la creación de riqueza a nuevos niveles."
InnoCentive tiene un objetivo claro: conectar a las organizaciones (buscadores o "seekers") con problemas (desafíos o "challenges") con personas de todo el mundo (solucionadores o "solvers").
En este sitio, proponen problemas organizaciones de la talla de Boeing, Dow Chemical, DuPont, Procter & Gamble, Novartis y SAP.
Si las masas pueden producir en forma colaborativa un sistema operativo (Linux), una enciclopedia (Wikipedia), o resolver variados y complejos problemas de industria (InnoCentive), uno debe considerar cuidadosamente lo que pueda venir después. Estamos frente al nacimiento de una nueva economía, una vasta red mundial de productores especializados focalizados en el intercambio de soluciones y servicios.
La lección para los dirigentes empresariales es que los “antiguos dogmas” y modelos monolíticos multinacionales donde se crea valor en un circuito cerrado jerárquico están muertos.
Los nuevos modelos de negocio ponen en cuestión los antiguos, motivos por los que numerosas empresas ven la colaboración masiva como una amenaza y eligen por cerrarse combatirla. El problema es que los actuales empresarios se están moviendo con demasiada lentitud; infraestructuras anticuadas y costosas. A los altos ejecutivos les cuesta mucho imaginarse tan siquiera en “perder el control” sobre unos recursos que han monopolizado durante mucho tiempo: su “know how”.
No se deja de ser un líder, quien se une a la comunidad de los nuevos innovadores…
Si preguntáramos a cualquier gestor su preferencia de competir en una economía “bien educada”, en la que toda nueva innovación fuese sometida a su previa aprobación, este respondería con un si tajante. La “buena educación” no destaca, que digamos en nuestra economía real actual.
La estabilidad y la idea de que se pueda inventar un negocio que no se vea alterado por la tecnología, ya es historia….
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